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Los muchachos canadienses nos regalaron este gran disco en el año 1989, quinto álbum en su haber, con una mayor presencia de prog metal que del tradicional thrash (que lo hay y bastante) pero con más influencia de nuevos sonidos, hasta con toques punk de la vieja escuela. Para descorchar alegría y un vino Malbec de paso, que ninguna cara de nada se resista a este gran LP. "Al cuerpo hay que darle lo contrario de lo que quiere: si pide agua, darle vino, y si pide vino... darle más vino!"