La suerte que me tocó, la verdad necesitaba un recital así, un auténtico recital de heavy metal. Vestido para la ocasión, Halford y compañía arrancaron con Nostradamus y de allí en más fue una catarata de éxitos que hizo temblar al Luna. Desde sinner hasta el último de los discos, pasaron por distintas etapas de Judas, con un impresionante sonido y puesta en escena sencilla pero justa para la ocasión, con salida de moto incluida y lo cambios de vestuario acostumbrados de Rob. Para recordar este show, que con un poco menos de 2 horas mostró a la voz muy bien, las sobrias y metaleras guitarras como siempre y el espíritu del heavy metal más auténtico en todo su esplendor. Para quien gusta del metal, imperdible.
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